La llave que abre todas las puertas que tengas las cerraduras amaestradas para ello, se denomina llave maestra.
Y es que no existe obviamente nadie que tenga una llave con la que consiga abrir cualquier puerta. Los mitos de las llaves maestras que son capaces de abrir la puerta que sea, no deja de formar parte de la literatura de ficción y del cine.
Aun así, muchas personas creen que existen llaves de este tipo que tan sólo poseen los cerrajeros, pero nada más lejos de la realidad. Las llaves maestras entendidas como que tienen esa función universal, no existen.
Pero a lo que se refieren en muchas ocasiones cuando hablan de una llave maestra, es aquella que abre todas las puertas de un mismo espacio.
Son comunes en edificios como oficinas, hoteles, colegios, universidades, ayuntamientos, centros deportivos, y todo tipo de espacios donde, con la llave maestra se podrán abrir todas las puertas. Pero esto no significa que quien tiene la llave de un despacho, pueda abrir el contiguo. No, son llaves de emergencia que están custodiadas por el personal de seguridad para usarlas en caso de emergencia.
También el personal de limpieza autorizado puede contar con este tipo de llaves, siempre que tengan autorización y su trabajo lo realicen cuando ya no haya nadie en estos centros.
¿Cómo se consigue que una llave abra todas las puertas?
Tan sólo con que los bombines de las puertas correspondientes estén preparados para ello, con una misma llave podremos abrir todas las puertas que queramos. A este sistema se le denomina “amaestramiento”, y hace que con una sola llave se puedan abrir varias puertas.
También es el que usa en las Comunidades de vecinos para que todos tengan la misma llave para abrir la puerta de entrada o aquellas zonas comunes donde se desee utilizar este sistema. Además, como la tendencia es tener mientras menos llaves mejor, también aprovechan para que con la misma llave se pueda acceder al garaje, al cuarto de bicicletas o a la zona de piscina.
Son llaves que se deben repartir con las copias ya incluidas. Y esto tiene un motivo. Hablamos de llaves maestras que sufren un constante ajetreo y por personas muy diferentes. Además, el control de las copias es algo que no puede tener un seguimiento. Esto provoca que se hagan copias de llaves con mucho uso, lo que hace que estemos poco a poco deteriorando la propia cerradura. Lo más conveniente es entregar a cada propietario un conjunto de llaves maestras idénticas para evitar en la medida de lo posible realizar el menor número de copias. Con este simple sistema, la cerradura tendrá mucha más vida útil y si se podrá realizar un control de buenas copias, siempre que el Presidente de la Comunidad o Administrador se encargue de guardar una original y sin uso.
Llave maestra para edificios de oficinas
Pero si existe un lugar donde la llave maestra se utiliza a diario, con mucha frecuencia, por personas distintas y que evite las constantes pérdidas de llaves, son los edificios de oficinas.
Son los que tienen multitud de despachos o salas de juntas, los que más sufren la pérdida de llaves por parte de los propios empleados. Y es que muchos despachos son compartidos, con lo que las posibilidades de que se produzcan pérdidas y roturas están a la orden del día. Por lo general las cerraduras son de aluminio, ya que no hará falta blindar despachos comunes donde tampoco se guardan especialmente objetos o datos de valor. Pero, los que sí corresponden a directivos o altos cargos, no contarán con llave maestra y las cerraduras sí son mucho más seguras.
Hablamos de despachos que se disponen casi de forma modular, no de importantes habitaciones en las que si sería necesario otro sistema de apertura y cierre más profesional. En estos basta con la instalación de sistemas disuasorios para evitar hurtos o pequeños robos al propio personal de la empresa.
Hoteles y llaves maestras
Los primeros en usar llaves maestras fueron los responsables de los hoteles. Ahora es extraño los que aún usan llaves tradicionales, ya que la tarjeta magnética ha sustituido a la llave de metal, pero el uso no deja de ser el mismo.
A través de estas llaves, se activan con otro código cuando un huésped deja la habitación, los responsables de limpieza y seguridad sólo tienen una llave para todas las habitaciones y dependencias donde les está permitida la entrada. Pero por si todo esto pareciera poco, los hoteles ahorran una barbaridad en llaves y nuevas cerraduras ante las frecuentes pérdidas de tarjetas por parte de los huéspedes.
Cuando todo era de metal, el presupuesto para los cambios de llaves y cerraduras, era una partida importante de gastos al cierre de temporada. Ahora el coste de una tarjeta es mucho menor y su sistema de mantenimiento mucho más económico.